La Televisión es mala maestraReflexiones aisladas.
FMH
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(Escrito basado en el último escrito publicado en vida de Sir Karl R. Popper ) |
¿Cómo influye la TV? ¿Qué papel
juega la TV en el ámbito educativo?, ¿qué papel tiene la TV en una democracia?
y ¿por qué y cómo se debe modificar el sistema televisivo cuyo poder político
es inmenso y “peligroso”? son algunas cuestiones que son debatidas en el
pequeño libro que reúne las posturas del anterior jefe de la Iglesia católica,
de uno de los filósofos liberales más influyentes del siglo pasado, y de dos
personajes con posturas ilustrativas acerca de lo que era la TV en aquélla
época, sobretodo enfocando sus posturas en el ámbito europeo.
Primeramente,
procederé a hacer una explicación sumaria de los contenidos del texto que he
considerado más relevantes para posteriormente realizar una revisión más
exhaustiva de la posición popperiana y terminar con postura personales acerca
del tema en cuestión.
La Introducción al texto hecho por Bosetti es
simplemente un resumen clarificador de las posturas de Popper y de Wojtyla de
la cual no hay mucho que destacar a excepción de la denominación agradable de
la “ley de las especias” que hace referencia al comentario de Popper acerca de
que la “condimentación” de contenidos televisivos de mala calidad.
Por
su parte Popper hace un somero análisis de las características de la TV y
formula su propuesta de licencia o patente de TV con el objetivo de empezar a
remediar el papel corrompido que la TV ostenta en el ramo de la educación (i.e
la TV malcría). Para ello, parte de las investigaciones estadísticas de Condry
y pasa a matizar los análisis y conclusiones de este último. Expresa las
características de la TV, su tendencia a crear contenidos de mala calidad, la
actitud de una parte de los dueños competidores de las cadenas de TV -de cómo
se toman las decisiones de los contenidos según una regla de “darle al
auditorio lo que quiera, lo que pida”-, de las relaciones con la democracia y
su propuesta de patente.
De
Condry no quisiera abundar sino solamente indicar el objetivo de su texto y sus
conclusiones generales. El objetivo de su texto es el de dotar datos duros
(estadísticas) acerca de los contenidos televisivos en el sentido de que tales
datos llevan a la clara conclusión de que tales contenidos son negativos, sobre
todo para las nuevas generaciones que –siendo niños- son afectados
(maleducados) e influenciados por una “criada” infiel.
Este es el panorama del
libro en términos generales de donde se desprenden varias tesis que valen la
pena analizar, comentar y apoyar, o en su caso contra-argumentar. En este
sentido he decidido alejarme un poco de una exposición holística del texto y de
una explicación secuencial y hermenéutica del texto de todo el libro. Así, sólo
me referiré a unas cuantas reflexiones “al paso” de las posturas popperianas (por
mero interés personal). FMH
Por lo tanto, en lo
sucesivo me dedicaré a las siguientes ideas primarias que derivan de citas
textuales de Popper las cuales se indicarán al inició de cada idea primaria:
1.-La
influencia y el potencial de la TV.
2.-
La situación de la Oferta- Demanda de los contenidos televisivos y el factor
innovador
3.-
La democracia, el enemigo y la TV
4.-
Reflexión personal.
1.-La influencia y el
potencial de la TV.
“La televisión se ha convertido en un poder político
colosal, potencialmente, se podría decir, en el más importante de todos, como
si fuese Dios mismo el que hablara.”
“Difícil resulta encontrar profesionales que en verdad
sean capaces de producir cosas tanto interesantes como de valor.”
Al principio del texto de Popper, se menciona
que la televisión es un medio de comunicación cuyo potencial de influencia es
enorme. En este sentido la televisión es un factor que tiene un gran poder
político derivado en gran medida de su cuasi-omnipresencia, nota característica
de países tanto desarrollados como sub-desarrollados. Por eso, puede afirmarse
que la TV tiene la capacidad de ser adjetivada como un factor real de poder (en
términos de Lasalle). Tomando en cuenta esta afirmación, uno tiene que analizar
cuál es la medida de su poder. En términos generales, se puede abstraer una
especie de Regla General de proporcionalidad que tiene por variables el tiempo
de exposición frente a la TV y la influencia desarrollada, de modo tal que la
regla explícitamente consistiría en que el tiempo que pasa una persona frente
al televisor es proporcional o equivalente al grado de influencia que
experimentará, i.e. si un sujeto ve la tele cuatro horas al día y otro la ve
una, el resultado será una influencia 3 veces más del primero respecto del
segundo televidente. Obviamente la Regla no es una Ley ni nada por el estilo,
es simplemente un mecanismo operativo que apoya la idea de sentido común según
la cual uno es afectado por su medio, a pesar de ello, tal cosa no está
comprobada, aunque es una regla operativa prima facie que se parece mucho a la
información que deriva de la aplicación del refrán: “dime con quién te juntas y
te diré quién eres”. FMH
De
cualquier forma, siendo la TV un factor de poder social influyente, Popper pasa
a afirmar su punto de vista frente a los contenidos televisivos. Los contenidos
televisivos son mediatamente variados: hay programas de concursos, telenovelas,
“realities”, sitcoms, culturales, etc. Sin embargo, una persona común
televidente siempre valora los programas de determinada manera y hace juicios
acerca de lo que le agrada o no, por ejemplo, al autor de este texto le gusta
ver una serie llamada Breaking Bad, a
su hermana le gusta ver Glee y a uno
de mis amigos le gusta ver el canal TNT. En ese sentido, Breaking Bad es un “buen” programa para el autor y con los otros
casos pasa lo mismo. Popper está de acuerdo con esta posición que forma parte
del día a día ya que él habla de malos y buenos contenidos. Popper da por
entendidos lo que es buen y mal contenido porque, afirma, todo el mundo sabe
qué es un buen o mal contenido. Difiero. La cuestión no es tan sencilla desde
que existen contenidos distintos y personas que valoran de distintas maneras.
Sin embargo, creo que a lo que Popper se refiere específicamente a algunos
concretos específicos que él valora como buenos y malos y que piensa que casi
todos estarían de acuerdo con él. Los buenos contenidos para Popper son, prima
facie, aquellos que tienen calidad y son educativos. Los malos son todos
aquellos que tienen mala calidad, son violentos, apelan al sexo lujuriosamente
y son sensacionalistas. En este sentido creo que las especificaciones de los
contenidos –que no explícita Popper como tal, pero que son desprendibles
claramente a lo largo del texto- no son del todo claras para mí puesto que soy
escéptico de aceptar la tesis de que “todos sabemos qué es un buen o mal
contenido” y de acuerdo a qué parámetros lo sabemos. En otras palabras, yo sí
creo que se puede y se debe hacer una explicitación de lo que se entiende aquí
por bueno y malo y hacer claros los criterios de corrección que se utilizan
para afirmar tal o cual cosa. (El problema se parece un poco a la crítica
artística en el sentido en que cuando uno escucha “Whitman es el mejor porta
paisajista del siglo XIX ” uno espera escuchar las explicaciones de las
valoraciones, ya sean éstas racionales, irracionales, intuitivas, etc.) FMH
A
pesar de las críticas, está claro que la TV es una fuerza que llegó para
quedarse, que tiene una capacidad de influencia inmensa[1], que
cada vez crece con más intensidad y que por ende deben de analizarse sus
contenidos y los criterios con los cuales se evaluarán los mismos. En este
sentido, vale mencionar que la TV per se
no es necesariamente buena ni mala[2], es
decir, los contenidos televisivos pueden ser tanto lo uno como lo otro (no
ambos a la vez en el mismo sentido, tiempo y para el mismo tipo de persona).
Las ideas de Popper podrían interpretarse como sustentadoras de esta opinión,
aunque claro que en el caso de nuestro país aceptaría –con las debidas
hipótesis imposibles- que la TV es más "mala que buena". FMH
2.- La situación de la
Oferta- Demanda de los contenidos televisivos y el factor innovador
“El nivel ha descendido porque las estaciones
televisivas, para conservar su audiencia, debían producir cada vez más material
de mala calidad, ordinario y sensacionalista. El punto esencial es que el
material sensacionalista difícilmente es también bueno.”
Me interesa bastante exponer el esquema que
ostentan los dueños de las televisoras según Popper. De acuerdo a tal esquema
el universo de los competidores (en adelante UC) tiene por fin la captación del
universo de los auditores (UA). La forma en la que el UC capta al UA es a
través de la Oferta televisiva (Ot). La Ot determina la demanda de UA mediante su
respuesta positiva o negativa, es decir, el UA decide ver determinado tipo de
programas que pertenece al dueño de tal televisora cuya oferta del programa es
de tipo “y” el cual siempre forma parte de Ot (recuérdese que la Ot determina
el UA). ¿Por qué? Porque esa es la visión del dueño producto de televisión:
encontrar los datos estadísticos de raiting, observar lo que el UA ve
mayormente y reproducir contenidos idénticos o similares al programa con mayor
audiencia (según el UA). Desde mi perspectiva se puede decir que es un esquema
circular con inicio en un tiempo primario sin que tenga un fin específicado. De
acuerdo a tal esquema, la innovación y la creación de nueva Oferta está
prohibida (-nO). Sin embargo, en el esquema que Popper propone el fin del UC
sería no sólo el UA sino también el contenido de educativo o de calidad (CE)
(haré referencia a esa doble exigencia así: UA&CE). Otro cambio en el quema
de Popper es que la Ot existente no necesariamente determina el UA sino que
puede que la nueva Oferta lo haga (nO). En este sentido tanto la Ot, que es
existente, como la nO, que es nueva, determinarán contingentemente la demanda
de UA, lo cual implica que un tipo de programa “x” novedoso afectará la demanda
de UA. Por eso Popper dice que el dueño y productor de los programas
televisivos “cree que la elección sólo es posible en el ámbito de la oferta
(existente)…y no ve otras alternativas” (p. 45). El esquema de Popper muestra
que hay grandes posibilidades de que la nO doté de contenidos de calidad,
morales, educativos y –esto de acuerdo a mi criterio- también entretenidos. FMH
Vale
la pena decir unas cuantas palabras acerca del hecho de la competencia. Se sabe
que las televisoras y sus dueños no compiten sólo por obtener audiencia pues la
causa por la cual buscan al auditorio se reduce a monedas y billetes: dinero.
En el esquema de Popper –como en el actual en México, ya sea sistema abierto al
público o de paga- el dinero es el que provoca la competencia. Siendo el caso
de este esquema de libre mercado –el cual no es del todo negativo si se le
ponen algunas vigilancias al estilo keynesiano light-, me parece que es
totalmente posible el encontrar el equilibrio entre la competencia y los
contenidos de calidad, para poner un ejemplo en palabras de Popper, creo que es
posible crear un contexto ética “atractivo y bueno” en el cual se pueda enseñar
a los niños ética y demás aspectos positivos desde el punto de vista social y,
correlativamente, proscribir en cierto grado la llamada “ley de adición de
especias” que consiste en añadir a los productos televisivos “pimienta,
condimentos, sabores fuertes que por lo demás están representados por la
violencia, el sexo y el sensacionalismo”. FMH
3.-
La democracia, la TV y los enemigos.
“Ninguna democracia puede sobrevivir si no se somete a
control la televisión”
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¿Es casualidad la alusión al canal 2 debajo del símbolo nazi? |
Dentro del texto Popper comenta la posición
según la cual la TV responde a las demandas del auditorio de la manera más
democrática posible, es decir, mediante la producción y oferta de contenidos televisivos
que son queridos por ella, es decir que siguen el principio democrático de
“darle al pueblo lo que el pueblo quiere”. Popper afirma que tal concepción es
completamente falaz. Popper construye el argumento asumiendo primeramente un
necesario carácter definitorio de la democracia: que es un principio de defensa
contra la dictadura. Me parece ver aquí expresiones clarísimas de la sociedad
abierta que tiene que ser, además de liberal, demócrata. De tal manera, Popper
deriva de tal principio que la democracia también implica el Control de todo
Poder Político (en adelante CPP), y de aquí se deduce que No hay democracia que
no controle el poder político (en lógica la regla inferencial aplicada es la
regla de reemplazo llamada Transposición). Popper asume la verdad de que la
industria televisiva es un poder político colosal. De lo dicho se deduce que
una democracia debe controlar a la industria televisiva[3] Por
ello Popper afirma que no hay democracia que perviva frente al poder
incontrolado de la TV y advierte que un poder televisivo que se use
antimoralmente por parte de los enemigos de la democracia (posiblemente por el
séquito de un nuevo heredero de Hitler) sería infinito, y –añadó yo- terrible.
En
esto último, estamos de acuerdo con Popper. La TV debe de ser mayormente
regulada con el objeto de acrecentar la difusión de contenidos con calidades
que no sean “para llorar” (pienso en los paradigmáticos casos de programas como
Laura, Se Vale, Extranormal, Pare de Sufrir, etc. que proliferan en la TV
abierta de México.), ni que sean utilizados para crear cotos de poder con una
esfera política de influencia cada vez más descontrolada y alarmante. FMH
[1]
En México el 93.2% de los
hogares mexicanos cuentan con al menos una TV Fuente: INEGI. Encuesta Nacional
sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares,
2006, en http://www.inegi.gob.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/contenidos/estadisticas/2007/internet07.pdf (1° de octubre de 2011)
[2]
Nos llega a indicar el
filósofo vienés: “Si reflexionamos sobre la historia de la televisión, veremos
que, en sus primeros años, era bastante buena. No había las cosas malas que
llegaron después; ofrecía buenas películas y otras cosas discretas.”
[3]
Lógicamente Popper comete un error: la llamada falacia naturalista. Sin
embargo, creo que la falacia sólo se presenta debido al lenguaje natural que
emplea en la construcción del argumento. (Una revisión somera y adecuada de la
falacia naturalista puede hallarse en: http://www.elextranjero.com.mx/FEBRERO/heuristica.html)
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